Funciones del Sistema Linfático
Existen funciones que sirven de soporte al flujo del sistema linfático. Ellos son:
El movimiento generado por el musculo esquelético.
La respiración profunda (principal Bomba del Sistema Linfático). Esta reviste una gran importancia.
El retorno de la linfa, la cual es generada por la inhalación y exhalación del oxígeno, estimulando la limpieza del sistema linfático, que se crea mediante un efecto de vacío de la linfa, por medio del torrente sanguíneo.
La respiración profunda da origen a la inhalación, la cual se produce por la contracción del diafragma que tiende aplanarse, descendiendo hacia la zona abdominal.
La inhalación es un movimiento activo, mientras que la exhalación es un movimiento pasivo.
¿Qué es la respiración profunda?
Es la fuente de vida, acompañada de sus diversos patrones de inhalación y exhalación, oxigenamos nuestro cuerpo y preservamos nuestro sistema pulmonar.
La respiración profunda es un indicador de un organismo sano y fuerte. El fluido linfático va a depender de la respiración, ya que la inhalación devuelve líquido a la vena cava superior, donde el líquido linfático descarga en el corazón y el retorno de fluido se produce a través de las piernas, resultando inhibido por la inhalación, cuando se produce el movimiento abajo del diafragma en el área abdominal.
En la exhalación, la llamada cisterna quilo va a desembocar en el conducto torácico, esto permite el fluido de la linfa hacia el ángulo venoso. Además, la medicina mantiene que el retorno de la linfa provocado por la inhalación y la exhalación en igual tiempo, genera un efecto de succión, el cual logra drenar linfa de las piernas.
La respiración diagramática profunda actúa como un estimulador de la limpieza del sistema linfático.
El flujo linfático y la respiración profunda
Los pulmones no tienen la capacidad para mover el aire dentro y fuera, si no tienen un estímulo externo. La respiración va a depender del uso de un músculo grande que actúe como separador del pecho y del abdomen, se trata del diafragma.
La inhalación y la exhalación tienden a producir un natural masaje en los órganos internos. La respiración profunda estimula una función más efectiva de los órganos abdominales, a la vez que aprisiona y libera como un estilo bombeo, todo el sistema linfático, mediante los órganos del abdomen.
La respiración profunda y la labor del sistema linfático, tienden a promover la respiración del flujo linfático, ayudando especialmente con la lipedema y la linfedema, eliminado las toxinas, mejorando el metabolismo, fortaleciendo los ganglios linfáticos intestinales para permitir la absorción de la grasa y estimulando todo el sistema inmunológico.
Por lo demás, la respiración profunda preserva la salud integral y la curación, ya que tiene como función reducir la estasis linfática.
La importancia de la exhalación
Respirar profundamente permite una mayor concentración en la exhalación, ya que toda respiración se inicia como una exhalación cuidadosa y completa.
La exhalación siempre ha sido considerada como la fase de mayor repercusión de la respiración, ya que se considera que cualquier recipiente solo puede llenarse después de haberse vaciado.
Por lo demás, una completa exhalación se obtiene si existe una contracción gradual de los músculos del abdomen al final de cada proceso. Este procedimiento colabora en la elevación del diafragma, ya que exprime la mayor parte del aire residual de los pulmones.
La exhalación larga y silenciosa es la manera más limpia de respirar, ya que sustenta, nos alimenta y nos produce calma.
El objetivo más importante es el aprendizaje en cuanto al bombeo efectivo del sistema linfático a través de la respiración profunda, así como también de la plena toma de conciencia de su relevancia, aprendiendo a respirar profundamente en cualquier lugar sin estrés y sin tensión.
La respiración profunda es una herramienta que mantiene nuestra salud, la restaura y la preserva. Por esto, no cabe duda de que el sistema linfático y la respiración profunda es una sola.
Los capilares linfáticos en el sistema respiratorio
Las venas son las encargadas de transportar la sangre, cuyo contenido es el dióxido de carbono y proteínas al sistema cardiaco. Esto ocupa aproximadamente un 90%.
El 10% restante de la sangre, está conformado por un componente líquido que tiende a filtrase a través de los tejidos del cuerpo, proceso que se cumple mediante unos vasos sanguíneos muy pequeños, denominados "capilares".
De esta manera el sistema linfático se activa, tomando en consideración que estos capilares poseen unos orificios pequeños en las paredes que permiten el paso del líquido. Este líquido recibe el nombre de "linfa".
El sistema linfático no posee un órgano que actúe como bomba, ya que la linfa siempre sale de los vasos capilares linfáticos y penetra en los vasos colectores linfáticos, que tienen mayor tamaño que los primeros, ya que están conformados por paredes musculares y válvulas unidireccionales, que permiten que la linfa ejerza su circulación de manera correcta.
Es importante destacar que los vasos linfáticos están ubicados debajo de la superficie de la piel. Es por ello que, en su trayecto hacia el corazón, la linfa pasa a través de los ganglios linfáticos, constituidos por unas estructuras pequeñas y redondas, encargados de filtrar las toxinas, las bacterias y los residuos, además de poseer glóbulos blancos que tienen como función principal combatir las infecciones.
Los ganglios son los encargados de indicarle al organismo el inicio de una respuesta inmunitaria, estos ganglios se encuentran en las axilas, el cuello y la ingle, así como en el tórax, la pelvis y el abdomen.
El sistema linfático es un drenaje que cumple funciones muy relevantes en el cuerpo, manteniendo su equilibrio conjuntamente con el sistema cardiovascular y el aparato respiratorio.